Hijas
de María Immaculada de
Guadalupe
Las Hijas de MarÃa Inmaculada de Guadalupe entienden que la fe no es solo algo que se enseña en la clase de religión, sino algo que impregna todos los aspectos de la vida.
Nos esforzamos por crear un entorno escolar basado en los valores y las enseñanzas católicas.
Hijas de MarÃa Inmaculada de Guadalupe
Colegios Guadalupanos Plancartinos
Nuestro Padre Fundador
José Antonio Plancarte y Labastida fue un sacerdote diocesano mexicano que se convirtió en abad del Santuario de Guadalupe en la Ciudad de México. Fundó nuestra orden religiosa, Las Hijas de MarÃa Inmaculada de Guadalupe, el 2 de febrero de 1878.
Fue reconocido por nuestro Papa Francisco comoVenerable José Antonio Plancarte y Labastida el 24 de enero de 2020.
Nuestra Misión
Las Hijas de MarÃa Inmaculada de Guadalupe son una orden religiosa mexicana que tiene como misión la educación de los niños y jóvenes, el cuidado de los enfermos y misiones que evangelizan a los demás a través de la educación y los hospitales.
Nuestra Historia en la Inmaculada Concepción
El Padre Michael Enright, sacerdote de la Arquidiócesis de Chicago y en ese momento pastor de la Iglesia de la Inmaculada Concepción, invitó a nuestra orden a ayudarlo a visualizar su sueño de transformar nuestro vecindario y la Escuela de la Inmaculada Concepción.
Él también estaba en sintonÃa con los mismos ideales de nuestro Padre Fundador, José Antonio Plancarte y Labastida, que era ofrecer una excelente educación católica y hacerla accesible a los más necesitados.
A través del trabajo misionero de nuestra orden religiosa, Hijas de MarÃa Inmaculada de Guadalupe, estamos comprometidos a servir a Dios ya la Iglesia a través de nuestro trabajo en educación.
Nuestro Compromiso con la Educación
La enseñanza es la intuición carismática que nuestro Fundador recibió del EspÃritu Santo, por lo que nuestra dedicación a la enseñanza es el cumplimiento de nuestro compromiso y camino misionero.
A través de la acción de compartir con otros lo que hemos recibido y aprendido, compartimos nuestra propia fe, amor y pasión por el Señor.